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Era uno de esos días en los que te apetece escapar de todo lo que rodea a una gran ciudad para escapar hacia la naturaleza, en éste caso un bosque segoviano llamado el Hayedo de la Pedrosa, localizado en el termino municipal de Riofrío de Riaza.
Según nos adentramos en el camino en dirección al puerto de la Quesera, se puede disfrutar de un camino muy pintoresco adornado por las hojas caídas a los extremos de la carretera, visitarlo a principios de Noviembre fue una decisión acertada.
Aunque el lugar no cuenta con zona de aparcamiento en sus cercanías, no resultó difícil estacionar nuestro vehículo en un lado de la carretera para ascender, sí, ascender, nos esperaba un camino largo y pronunciado hacia la cima, pero ante todo un camino muy agradable y singular.
Se respira naturaleza en cada una de las zancadas, en cada rincón vemos bellezas creadas por la alta humedad en ésta época, hongos, setas, musgo, hojas, troncos desnudos; complementan un paisaje para no olvidar. Llama la atención que junto al Hayedo de la Pedrosa existan dos pendientes desnudas de vegetación donde aflora la cuarcita, para darle más color aún si cabe al lugar.
Adentrarse en éste bosque es como adentrarse en un cuento de hadas, muchos visitantes dan rienda suelta a su creatividad y encuentran pequeños duendes ocultos en los árboles.
A diferencia de otros hayedos de la zona centro, el Hayedo de la Pedrosa no tiene restricciones de acceso, mientras que en otros debes de reservar con antelación para disfrutar de sus paisajes, aunque cierto es, que el Hayedo de la Pedrosa es el hermano pequeño del Hayedo de Tejera Negra por ejemplo.
Al llegar a la cima, el frío se cala en nuestros cuerpos, pero se puede combatir con las hermosas vistas que nos regala tal sacrificio.
Como dice el refrán, todo lo que sube baja, y ahora toca bajar por un camino muy resbaladizo debido a la humedad que habita en el bosque.
Es de ésta manera como nos vamos despidiendo de éstos árboles de Haya que consiguen sobrevivir años tras años, a sus duros inviernos y no menos duros veranos. Hasta los años 50 el hayedo también sobrevivió a la presión de las industrias de madera, por lo que podemos decir, que en éste bosque hay vida.
En definitiva, me parece un lugar ideal donde escapar.
Angie dijo:
Fue un día mágico! La caminata por ese bosque encantado me ha impresionado…los colores del otoño los pude apreciar aún mejor, escapar de Madrid donde el aire esta contaminado para ir a respirar aire puro me ha fascinado…Y me queda una satisfacción tremenda de ver que en mis fotos aparecieron tres duendecitos y una duendecita. La Naturaleza Es Bella! Gracias David.
radionicadisegno dijo:
Ya llegó el otoño y ésta fotografía es una buena tarjeta de presentación para él.